Cuando hay historias en el Valencia que no van como todos hubiéramos querido
Lo de Sergi Canós es posible que mereciera otro tipo de desenlace, pero el fútbol es absolutamente implacable con casi todo

No hay más bonito que un valencianista de cuna triunfando en el Valencia. Lo hemos visto muchas veces, o al menos algunas, y creo que esas historias son las que más nos llegan, porque al fin y al cabo, es lo que todos hemos soñado de pequeños, y cuando vemos que alguien los consigue, nos representa en gran medida. Sergi Canós quería vivir una de esas historias en Mestalla, porque es valencianista de cuna, lo ha mamado siempre en casa, y nunca había podido vestir la camiseta de su equipo, aunque es cierto que lio intentó en varias ocasiones.
Por fin pudo hacer realidad su aspiración en el verano de 2023, aunque nada salió bien casi desde el principio. Llegó tarde porque Lim se negaba a pagar 250.000 euros, sus ganas fueron por delante de él y se lesionó muchas veces ese año, y nos dejó, eso sí, un cañonazo en Vallecas para ganar el partido y celebrar un gol que dedicaba a su madre y que había sido su gran sueño de toda la vida.
La cosa esta campaña no ha ido mejor, más bien todo lo contrario, y las lesiones le han seguido acompañando, y ahora, además, no cuenta para el entrenador. No ha salido nada como se quería, porque eso también forma parte del fútbol, y aunque ahora mismo nadie sabe lo que puede pasar en verano, lo cierto es que su salida del club es bastante más que probable.
A todos nos hubiera gustado vivir una de esas historias que tanto nos gustan, pero esto del balón tiene caprichos que muchas veces son complicados de entender, y esta vez le ha tocado al bueno de Sergi Canós. Que eso sí, siempre será uno de los nuestros, porque eso es algo que está por encima de todo.