Oportunismo en torno al portero titular del Valencia
Cuando no se quieren entender las cosas se usan para lanzarlas a quien sea, y aquí ha pasado, de nuevo, una vez más

En Valencia somos oportunistas para casi todo, y en el tema de la portería del equipo, no se ha hecho una excepción. Y es que hay quien no ha querido entender nada, pero por el simple hecho de que es más fácil ir a política de hechos consumados, pegar palos a diestro y siniestro, y si luego tengo razón no haga enemigos, y si no la tengo, me callo de forma miserable.
Lo que se dijo, y vuelvo a decir, es que antes de la vuelta de Mamardashvili tras la lesión, y lo vuelvo a decir, es que el rendimiento de Dimitrievski merecía un poco más de poso. ¿Que Corberán decidió que jugara el georgiano? Digo lo mismo de siempre, si confías en un entrenador, a muerte con lo que diga, y sino, lo echas a la calle de forma inmediata.
La vuelta le costó a Giorgi, mucho, y tocó fondo el día del Valladolid, cuando regaló un gol impropio. Y desde ese día ha sido un cohete arriba, volviendo a parar a su nivel, que es uno de los mejores del mundo, por supuesto que sí.
Pero afirmar lo primero no implica decir también lo segundo, aunque aquí ya sabemos, los francotiradores, que hay por todas partes, están siempre al acecho para disparar, y todo lo hacen siempre mucho más pesado y cansino. Ver a Mamardashvili como el sábado pasado en Madrid es gloria bendita por un lado y cabreo monumental por otro, porque es obvio que a ese nivel somos muchos mejores, y por otro lado, hacerse a la idea de perderlo en verano no es plato de buen gusto para nadie.