Y a pesar de todo, somos el puto Valencia
Estando en uno de los peores momentos de la historia, no es que estemos fuertes, es que parecemos absolutos gigantes

Y estando en uno de los peores momentos de la historia, somos el puto Valencia. El concepto no es demasiado bien sonante, es posible, incluso puede ser hasta grosero, pero no hay que mirar las palabras, sino su significado, lo que quiere decir, lo que representa. Lo hablaba hace unos días con un buen amigo valencianista.
“Fíjate cómo estamos, y el domingo, casi 45.000 en Mestalla. Es que somos el puto Valencia”. Y la frase me hizo pensar, en muchas cosas, y por una vez en mucho tiempo, casi todas buenas.
Porque creo que todos, sin excepción, estamos hartos de estar cabreados, tristes, amargados, que sí, que Peter Lim es un mal de muelas, que nos ha metido en un jardín, que nadie entiendo, que no voy a discutir uno solo de los argumentos que cada uno tenga para justificar nada, pero con todo y con eso, seguimos siendo el puto Valencia.
Y eso es mucho, más de lo que nadie pueda imaginar, porque si estando mal somos capaces de mover todo lo que movemos, estando regular sería algo brutal, y estando bien… no tengo palabras, porque además, mi generación ya tuvo la ocasión de vivirlo, de poder estar en lo más grande de la historia.
Igual habrá a quien eso del puto Valencia no le guste, pero he de confesar que a mí me enamora, porque me hace pensar en que somos muy pero que muy grandes, y que ni estando como nos toca estar en este momento, damos un paso atrás. Ese es el verdadero valencianismo, ese, no le demos más vueltas ni nos pongamos a discutir entre nosotros, porque no hay nada que esté por encima del Valencia. Nada ni nadie.