En el Valencia nos queda mucho por sufrir, no perdamos eso de vista
Lo hecho no era fácil, pero lo que queda tampoco es sencillo, y no podemos cometer el error de levantar el pie

El entorno del Valencia afronta otro momento de esos en los que se va a sufrir de lo lindo en todos los sentidos, y que se arranca ya con los nervios a flor de piel. El final de Liga pasada fue malo, y aunque es injusto cargar las tintas contra los jugadores, es obvio que el sabor de boca no fue bueno, que el miedo anda metido en el cuerpo, y que cualquier noticia, o amago de noticia, nos va a hacer saltar como resortes.
Y que más del 50% de esta temporada, está siendo mucho peor, aunque la cosa ahora parece que mejora. Eso va a hacer que la tensión social aumente, y mucho, y eso nos va a ayudar más b bien poco. Porque además, el entorno somos todos, incluida la opinión pública, y los mensajes deben ser los que deben ser, es decir, ni alarmistas al extremo no pensando que lo tenemos todo hecho.
Ante esta tesitura tenemos dos opciones. La primera es estar de uñas de forma permanente y aumentando el grado de tensión. No diré que esto me parezca mal, porque motivos hay para ello, aunque no será mi postura. O no ayudar a generar esa sensación de que el club es la casa de tócame Roque, por más que muchas veces podemos parecerlo en determinados aspectos.
No debemos entrar en ciertos juegos que se van a dar de manera garantizada, ni en las salidas ni en las entradas, y eso sí, debemos pedir que el club nos hable claro y alto, a la cara y con la verdad por delante, porque de esa manera todos sabremos a qué atenernos y esta postura, que de las dos es la más complicada de seguir, pero la que más nos puede dar, será mucho más llevadera. Debemos confiar en los nuestros, porque son eso, los nuestros.