La “costumbre” de decirle al entrenador del Valencia lo que debe hacer
A cada uno nos gustan unas cosas, y a mí tampoco me emocionan todas las que hacemos, pero veo a Corberán poniéndose piedras

“Lo que tiene que hacer el entrenador del Valencia es poner a este jugador aquí, y al otro allá, y aquel, al banquillo”. Supongo que yo mismo he caído en esa tentadora trampa en otros tiempos, cuando era más joven, más estúpido aún, y pensaba que los periodistas éramos los que teníamos la verdad. Luego entras, de verdad, en el mundo del fútbol, y te das cuenta de de muchas cosas, que tampoco me voy a poner a explicar ahora, porque si no lo ves del otro lado, jamás te vas a dar por aludido.
A mí, como a todos, hay cosas que llaman la atención, unas que me gustan más y otras que me gustan menos, pero es obvio que Corberán, como cualquier otro entrando, ni acierta siempre en todo lo que propone, ni tampoco se tira piedras contra su propio tejado. Es una doble verdad que no se puede discutir, ya que ambas realidades van cogidas de la mano.
¿Que lo de Foulquier como central choca? Pues sí. ¿Que lo de Rioja por la derecha a veces chirría? Pues también. ¿Que los extremos a pierna cambiada es un sí pero no? Seguro. Una de las cosas que le pido siempre a un entrenador de mi equipo es que escoja un estilo, una filosofía, un plan, y que sea fiel a él, pudiéndolo cambiar, claro, pero también con la posibilidad de regresar a él cuando la cosa no vaya como toca.
Pero eso es distinto a exigir que unos jueguen aquí y otros jueguen allá. ¿Que si mandara yo igual lo hacíamos de otra manera? Es posible, pero eso no ocurre, ni va a ocurrir, y aquí, además del Valencia, el que se juega el tipo cada semana, en cada partido, es el técnico de Cheste. No olvidemos ese pequeño detalle, porque termina explicando muchas cosas.