Cuando en Valencia empezamos a hablar un poco de fútbol
Cuando los resultados se van dando, que ya era hora, el debate va virando hacia asuntos relacionados con la pelota, algo que se agradece

Cuando en Valencia hablamos de fútbol, y sólo de fútbol, es que las cosas empiezan a ir de un modo positivo. O al menos no negativo, que llega un punto en el que nos conformamos con una serie de mínimos básicos tal y como está el patio. Si la pelota entra, de un modo más o menos razonable, como lo que de verdad nos gusta es el fútbol, ya empezamos a ver las cosas de otro modo, y a priorizar unos temas sobre otros.
Ahí es cuando también entran todos aquellos que parecen enfadarse cuando no se pierde, porque quieren seguir con su particular hacha de guerra en marcha, y los que no seguimos ese juego somos todo lo que nos han llamado durante años. Esa dicotomóia que se vive en el Valencia que no tiene sentido alguno pero que lleva formando parte de nuestro día a día, por desgracia, desde hace ya demasiados años. Y me temo que los que quedan.
Al equipo de Carlos Corberán le queda un largo trecho para salvar la categoría. De hecho ni hemos empezado a sufrir de verdad, pero el estar en la pelea es mucho más de lo que teníamos hace unos meses, y yo, desde luego, me alegro. Y si encima ya hablamos de quién tiene que jugar, de quién no, de si salimos con este sistema o con el otro, y apartamos algunas cosas que no nos dan, eso ya es como una especie de paraíso.