Vergüenza en Mestalla

Un Valencia - Barcelona de cuartos de final de Copa, en Mestalla, y llenos de suplentes. El año que estamos viviendo es para escribir un libro, y este episodio será de los destacados. Campo hasta arriba y la sensación es que nosotros, siendo locales, éramos los que menos estábamos pensando en el choque. Y como no podía ser de otro modo, a los 3 minutos de juego y tras un error defensivo grosero con 3 centrales, Ferran hacía el 0-1 de una manera muy muy sencilla. Era a lo que habíamos salido, sin más. La verdad es que el gol atento más al Valencia que al Barcelona, que pareció relajarse con el tanto, y nosotros empezábamos a apretar algo más arriba.

En el 13, primera llegada clara de Fran Pérez que terminaba en córner y con polémica, porque Diakhaby era derriba en el saque de esquina. Aunque en el 16, en otra llegada demoledora, de nuevo Ferran hacía el 0-2 con algo de suspense por el VAR, aunque la posición era legal. Y en el 22, en otro fallo más por el centro de la zaga, Fermín hacía el 0-3 con Dimitrievski que podía haber hecho algo más. Todo muy triste. En el 29, dando vergüenza ajena, Ferran hacía el 0-4 sin oposición alguna. La gente empezó a irse a su casa, que era quizá lo más sensato que se podía hacer. Cuando no tienes la menor intención de competir, pasan estas cosas, y encima casa, para mayor escarnio de todos. Pepelu remataba alto un centro de Fran en el 39, en lo que parecía ser algo de vida en ataque. Al descanso había bronca, pero casi más por inercia que por rabia. 

La segunda parte empezaba sin cambios y con gol de Sadiq… en claro fuera de juego. Al menos había que dar la cara, al menos eso para los que se habían quedado en Mestalla. Sadiq provocaba un penalti en el 50 pero se anulaba por fuera de juego previo, y luego Lamine mandaba un balón al palo. En el 59, Lamine hacía el quinto tras un rebote, otro error… y Mestalla seguía yéndose a casa. En el 63 entraban al campo Tárrega y Diego López y se marchaban Diakhaby y Fran Pérez. En medio de la nada, en 70, se iban Sadiq y Canós, y entraban Iván Jaime, que debutaba, y Mir, que volvía a Mestalla muchos meses después. En el 80, en medio de una gran pitada, se marchaba del campo dando paso a Enzo. Hasta el final nada, porque el Barcelona no quiso hacer más sangre. Ridículo espantoso, que esperemos no afecte el domingo.