Qué es la esencia de Mestalla
Nuestro estadio, nuestra casa, forma parte de nosotros, pero no podemos olvidar que, si ese campo respira, es porque estamos allí

Mestalla hace milagros para el Valencia... porque el valencianismo está allí para que eso pase. El campo, nuestro campo centenario, por sí solo no es mágico, porque aunque jamás lo veremos así, no deja de ser cemento. Si ese estadio no está lleno hasta la bandera y con su gente entregada a la causa, muy por encima de dirigentes, entrenadores o jugadores, todo lo de la mística está muy bien, pero no es más que literatura.
Quiero pensar que todos tenemos el grado de madurez suficiente para entender esto sin enfadarnos como si fuéramos niños pequeños. Ahora mismo estamos con el agua por encima del cuello, con ganas de matar a todo el mundo después de ir penúltimos y llevarnos 7 el domingo, pero nos toca hacer de padres con nuestros hijos. Es decir, pegarles una bronca cuando han hecho una trastada gorda, como es el caso, pero quererles sin condiciones.
El fútbol, cuando juega mi equipo, nunca es un espectáculo, es un sentimiento. Y en mi caso, cuando deje de serlo, me dedicará a correr, a mi falla, a otras muchas cosas que me hacen feliz, y que sí son sentimiento. El domingo debemos estar en Mestalla, debemos llenarlo, debemos hacerlo revivir una vez más, y cuando ese viejo cemento retumbe, entonces es posible que podamos obrar lo que ahora mismo parece un milagro.