En el entorno del Valencia perdimos una gran ocasión
La bronca contra el Consejo de Administración era algo mucho más que merecido, pero nos faltó pensar bastante más

Quería escuchar lo que el Consejo de Administración del Valencia tuviera que decir a sus accionistas. Seguramente no nos habría convencido nada, como de hecho pasó con la rueda de prensa posterior de Layhoon Chan, pero era el día en el que debían hablar, dar explicaciones, contarnos qué es lo que han hecho, lo que están haciendo, y sobre todo, lo que piensan hacer. Pero al final se lo pusimos todo demasiado fácil.
Sé que habrá quien se cabree conmigo por esto, pero no fuimos listos el pasado jueves. Pitos, gritos y alguna cosa más durante un buen rato era lo suyo. Y después, escucharles, aunque luego les hubiéramos puesto igualmente a parir. Porque también era la ocasión de rebatir, de dialogar con Layhoon Chan, de tener un cara a cara que hubiera sido complicado para la presidenta, pero repito, fuimos muy pardillos y les facilitamos la labor.
Al margen de dar una imagen global del Valencia, entre unos y otros, que a mí me molesta mucho, aunque eso, está visto, no le importa a mucha gente. Por cierto, me acordé mucho el jueves de un gran valencianista que ya no está con nosotros. Porque jamás en la historia de las Juntas de Accionistas del Valencia hubo alguien que diera bofetadas más grandes a mano abierta que Ximo Ríos-Capapé. No le escuché nunca un insulto ni una falta de respeto. Pero cuando caminaba hacia al atril, los que mandaban, temblaban.