El Valencia pierde en Valladolid, se pone colista y Baraja puede decir adiós
Partido horrible, con un equipo que no va, que no aprovechó más de 20 minutos con uno más, y que se hunde en la miseria

Baraja de jugaba su futuro en el Valencia, en Valladolid. Cuando el fútbol, y la vida, se proponen dar giros, es algo muy salvaje. El Pipo volvía al 4-4-2, su estilo, con Fran y Rioja por fuera, Diego y Duro arriba, y la vuelta de Pepelu con Guerra en el medio. Solo valía ganar, ese era el resumen. El equipo salió intenso, que eso es algo que no se puede negociar, y buscando pisar campo rival. Pasado el minuto 10 todo se iba equilibrando, pero es verdad que nosotros éramos un punto mejores en un mal partido.
La fórmula era la de siempre, defender bien y atacar rápido, y lo cierto es que, aunque sin mucho peligro, se estaba haciendo. Pero en el 18, un error garrafal de Mosquera, terrible, dejaba metros y metros a Anuar, que se plantaba ante Dimitrievski y la batía por bajo. Terrible. El gol nos dejó tocados, como siempre, pero esta vez hubo un punto de orgullo que no se veía hacía tiempo. Con pocas ideas pero con la mentalidad clara, el equipo se iba hacia arriba. En el 33, después de una jugada más o menos elaborada, Guerra disparaba a puerta por primera vez. Al filo del descanso embotellábamos al rival, pero sin hacerle daño de verdad. Al descanso nos íbamos perdiendo, con mal cuerpo, malas sensaciones y todo por hacer.
La segunda parte empezaba con dos cambios, entraban al campo Yarek y Almeida, y se iban Jesús (horrible)y Fran Pérez. Hasta el minuto 54 ni dimos señales de vida en ataque, y fue con un balón parado en dos remates que no vieron puerta. En el 60 se marchaba Guerra y entraba Mir, a la búsqueda de, al menos, llegar al área. Y en el 61, un error local parecido al de Mosquera dejaba el balón franco a Duro, que cedía a Mir pero el remate del murciano era flojo. Foulquier se iba en el 66 y entraba Canós, volviendo al sistema de 3 centrales. Baraja probaba todo pero no salía nada, y los minutos iban cayendo.
En el 77 los locales se quedaban con 10 después de un codazo de Latasa que revisaba el VAR. Era ahora o nunca. Valera entraba al campo por Mosquera en el 80 buscando aprovechar la superioridad. Pero había que marcar. En el 84, un remate de Duro superaba al portero local, pero se iba desviado por un palmo. Era la más clara… en el minuto 84. El colegiado añadía 7 minutos, los jugadores del Valladolid se tiraban al suelo cada diez segundos… el final era una especie de caos. Muchos centros, muchos balones colgados, pero ningún remate hasta el final del partido. Una derrota que puede ser definitiva en muchos sentidos, y que nos deja muy tocados.