La libertad de expresión en el Valencia, cuando se pasan los límites

En el entorno del Valencia hemos perdido la cabeza, hace ya mucho tiempo, y algunos de una forma que resulta absolutamente preocupante. La libertad de expresión es un derecho básico, que no se puede discutir, lo mismo que el hecho de no faltar al respeto a nadie, que está en la misma medida.

Aquí andamos demasiado tiempo con la barra libre, llegando a verse cosas absolutamente salvajes, que no tienen por dónde cogerse, y que no se pueden justificar de ninguna manera, siempre que hablemos entre personas civilizadas.

Porque no, porque es una vergüenza, da mucho asco y sólo contribuye a crear el mismo ambiente tóxico y perverso de hace 10 años con el proceso de venta. Y por supuesto, a esto hay que ponerle coto, y la única forma es empezar a denunciar a todos aquellos que basan su valencianismo en insultar, señalar o perseguir a nadie.

Y me da igual del bando que sean, lo que piensen o incluso si alguno puede ser amigo mío o conocido. No, esto no se puede consentir, no puede ser que todo valga, que encima nunca pase nada, que todo sean risas y encima escarnio público. Porque luego encima alguno se enfada y sorprende porque no se empatiza con otros, cuando esos “otros” te han dicho lo más grande mil y unas veces.

Esto lo tenemos que parar todos, aunque tengo claro que hay demasiada que vive y se alimenta de esta forma de funcionar, y por lo tanto ni piensa en hacerlo, pero será el club que dejemos a nuestros hijos y para el futuro, que a nadie se le olvide. Y claro, de eso, como de tantas cosas, nadie tendrá la culpa.