¿Que no saldríamos corriendo si el Valencia nos llamara para trabajar en el club?
En cualquier momento de mi vida, y como yo miles, habríamos ido corriendo, pero ahora, si cabe, mucho más aún

“Si me llamara el Valencia para trabajar en el club no tardaría ni dos seguros en decir que sí”. Hace unos días se me ocurrió escribir esta “barbaridad”, que al menos en mi caso es un hecho consumado si esa llamada se produjera algún día (que no lo espero), aunque para algunos fue algo peor incluso que un grave insulto.
Supongo que todos ellos tampoco esperan jamás esa llamada, y por eso se ponen tan extremos para todo. Aquí confundimos las cosas, muchas cosas, y somos muy valientes cuando no tenemos nada que perder, que es la forma más habitual de ser un cobarde de tomo y lomo.
Si en cualquier momento aceptaría la llamada del Valencia, ahora, mucho más. Porque justamente ahora es cuando más falta hace estar, ser, y desde luego, parecer, los tres verbos copulativos, para aquellos que quieran ver cosas raras, que siempre los hay.
Conozco algún caso, que no diré el nombre porque si él no lo ha dicho, no seré yo quien lo haga, pero por lo demás, y repito, yo el primero, si el Valencia “llamara a filas”, sería seguramente uno de los días más felices de mi vida profesional. Pensemos, al menos ahora, mientras estemos como estamos, en qué podemos hacer por el Valencia (no hablo de Lim, porque ese señor, en esto, no pinta nada), y dejemos nuestras complejos, filias y fobias para más adelante, que se trata de no bajar por encima de todo.