Rabia, dolor, vergüenza y ahora, necesidad de justicia en el pueblo valenciano
Son demasiadas sensaciones, todas ellas extremas, pero por encima de todo lo que exigimos los ciudadanos es la verdad
El pueblo valenciano exige la verdad. Exige que nos digan a la cara las consecuencias reales del peor desastre natural del siglo XX. Exige que nos digan a cuántos de los nuestros vamos a enterrar. Exige que nos digan las causas de este desastre respecto a la previsión y la respuesta posterior. Exige que nos digan las razones por las que durante días sólo ayudaron voluntarios y nadie más. Exige que nos digan nos digan la puñetera verdad.
Y exigimos justicia. Para los fallecidos, para sus familias, para los afectados. Exige que todos aquellos que no han estado a la altura, que han sido muchos, que han sido sobrepasados por lo ocurrido, que no han sabido actuar, que han fallado al pueblo, primero dimitan de sus cargos, y después, sean juzgados. Porque esto no puede quedar así, sin más, con "depuración de responsabilidades". Esa broma no la vamos a admitir, de nadie.
Y aquí han fallados todos, de un lado, de otro, y de los que no estaban en ninguno, porque muchos se han dedicado a defender a los suyos por el simple hecho de serlo, y a atacar a los otros por el mismo motivo. Han de rodar cabezas, pero por encima de todo, se tiene que poner en marcha toda la estructura del estado para devolver a su vida a todas las zonas afectadas. Y de forma inmediata. Porque incluso haciéndolo, jamás podrán volver de verdad.