Cuando lo importante nunca es el Valencia
Todo lo de fuera, absolutamente todo, siempre va por delante, y nos acabamos olvidando de quien no deberíamos hacerlo
La solución a los problemas del Valencia no es que Lim venda, sino que alguien le compre. Y el matiz no es grande, es gigante, enorme, de unas dimensiones que tengo muy claro que no sabemos medir, y que por otra parte, tampoco tenemos muchas ganas de conocer.
Y eso no es bueno, porque nos estamos enrocando, obcecando, andando en círculos pensando que estamos recorriendo un largo camino que nos llevará a la salvación, y la verdad es que estamos en el mismo punto que en 2019, cuando Lim apretó el botón rojo y todo saltó por los aires.
El dueño no va a vender si no hay alguien que le compre, y eso, con el club como lo tenemos, no va a pasar, de ninguna de las maneras. Porque esto ya no es presentarse a las elecciones a presidente y ganar, y luego ya veremos.
Esto es una SAD que cuesta muchos cientos de millones de euros entre comprar las acciones, acabar el campo y pagar la deuda, y que luego tiene que reforzar al equipo para no descuidar el aspecto deportivo, no nos olvidemos de algo tan importante como eso, que sería igualar a Lim, en lo malo.
Esto nos va a costar asimilar, puede que no lo hagamos nunca, pero si intentamos hacer un ejercicio de lógica dejando a un lado el corazón, que no es fácil, nos daremos cuenta que el único camino es ese. Y si pudiéramos estar presentes en las reuniones que se tienen con gente que podría estar interesada en comprar, lo tendríamos mucho más claro aún.
No se trata de beneficiar a Lim, que a todos nos da igual, sino de ayudar al Valencia a terminar con esta pesadilla, que es lo único realmente importante. Lo demás son egos personales y guerra que no dan nada, aunque desde luego parece que entretienen mucho al personal, cuando no tendría que ser así.