Al Valencia no le tiene que poder la presión, de ninguna manera
Ser ese equipo desahogado de 2023, en el que sólo se pensaba en jugar al fútbol, o el del año pasado, que creía en todo lo que hacía

En el Valencia tenemos que poder con la presión. Sí, con la presión, y no me valen dobles juegos de palabras, porque la vida no es tan sencilla, y cada uno lleva lo suyo en función de su responsabilidad.
Dijo Aimar hace muchos años que presión es cuando no puedes dar de comer a tus hijos, y sin duda tenía razón Pablo, pero es que cada uno tiene una vida, a cada uno nos toca una cosa, y como me dijo alguien hace muchos años, no se pueden comparar peras con manzanas.
Recuerdo a Aimar descompuesto en el banquillo de Argentina en el Mundial de Qatar y verlo llorar como un niño al ganarlo. Y eso, por supuesto, es cuando la presión sale a la superficie. Volvamos al Valencia, que bastante tenemos ya con lo nuestro, vaya. Aimar era un jugador brutal (que pudo ser mejor aquí en Valencia), y ahora con experiencia por encima de la cabeza.
Y la presión le hizo mella. Imaginemos a los chavales que tenemos en la plantilla, sin entrar a comparar para no hacernos daño de forma innecesaria, y que sostienen sobre su cabeza el peso de un club centenario como el nuestro.
Eso no lo van a sobrellevar solos, nos lo podemos quitar de la cabeza, y les tenemos que ayudar, pero de verdad, no de boquilla. Y dar pasos cortos pero firmes, y repito, tener mucha paciencia, mucha calma, mucha mano izquierda. Que nos estamos jugando el descenso con lo que eso conlleva, y ese lujo no nos lo podemos permitir de ninguna de las maneras. No sé si Peter Lim podrá, pero nosotros, no.