La confianza en Baraja no puede ser una media verdad en el Valencia
En el monento clave del año, el que nos va a marcar el resto del curso, hay que tener las ideas muy pero que muy claras

Rubén Baraja es lo mejor que le ha pasado al Valencia en muchos años, en todos los sentidos. Es posible que no sea el mejor entrenador del mundo, algo que él también sabe, pero quizá es el entrenador perfecto para el Valencia, y más aún si el dueño fuera decente y le pusiera un proyecto digno a nivel deportivo. Pero más allá de esto, que sabemos que no depende del Pipo, lo que le ha dado a todo el Valencia en su conjunto trasciende sobre muchas cosas.
Fue valiente, creyó en él y en el equipo, con todas sus deficiencias y sin la posibilidad de hacerlo mejor, salvo con los chicos de la casa. Nos transmitió a todos un poco de calma, nos invitó a ser menos dramático, corrigió sus errores, dio confianza a todos… Y ha demostrado que es el del Valencia por encima de todas las cosas, porque su defensa del club, en primera persona y con los ojos inyectados en sangre, sólo la pueden llevar a cabo los que sienten estos colores porque forman parte de su vida.
No soy imparcial con él, porque no me da la gana serlo, y porque todo lo que estoy describiendo es lo que hemos podido durante estos meses.
Ya no entro en si se merece seguir o no al frente del equipo, que es obvio que sí, sino que, en un tiempo en el que tenemos tanta falta de referentes, se ha convertido en el más importante de ellos, y además, de forma natural, sin buscarlo, simplemente siendo como es, como ha sido siempre, como era cuando llevaba el 8 en la espalda. Se han dicho muchas cosas de Baraja desde que firmó, pero yo simplemente diré una palabra: GRACIAS.