Que no haya que demoler Mestalla no cambia nada, lo sabemos desde hace 18 años

El destino está más que escrito desde el año 2006, cuando comenzaron las obras del futuro campo, no vengamos con historias

Toni Hernández | 18 OCT. 2024 | 00:01
Mestalla

Las obras que se hicieron en su día en Mestalla son legales, y no hay que derribar la grada, ya que la sentencia ha caducado. Esa era la noticia de esta semana, que realmente no cambia nada, porque los números son mucho más tozudos que eso, pero sí ha servido para volver a avivar un fuego que todos sabemos que no tiene recorrido, pero eso nos da igual.

El Valencia no se puede quedar en Mestalla, por muchas cosas, y la última de la lista, con mucho, era la orden de derribo, caducada o sin caducar. Los argumentos son sencillos: más de 150 millones de euros invertidos en el futuro campo, la necesidad de vender las parcelas del actual para solventar deuda, la urgencia de contar con muchos más metros cuadrados de espacio para que de verdad sea explotable (vendiendo o no el terciario).

No podemos quedarnos en nuestra casa actual, porque eso significaría la ruina más absoluta, amén de otra serie de cosas. Y yo no me quiero ir, que aquí parece que el apego al estadio lo tengan sólo algunos “elegidos”, cuando todos tenemos los mismos vínculos con la única casa que hemos conocido. Y tampoco es el deseo de Lim el marcharse a otro sitio, que le da igual, porque este proyecto nació hace casi 20 años, cuando este señor no sabía ni situar Valencia en el mapa.

Todo este movimiento social debió surgir hace dos décadas, porque llega tarde, muy tarde, y no tiene solución. “Es que no se quiere solucionar”, es la respuesta fácil, aunque todo es más complejo, y sobre todo, mucho más caro, aunque ser espléndido con dinero ajeno sigue siendo un deporte relajante, no cabe duda. Veo otra guerra más, que se que no hay bastantes, en la que encima no habrá vencedores, aunque seguro que sí vencidos.