Cuando abusas de algo, en el Valencia o donde sea, pierde su efecto

Si en el Valencia nos manifestamos con tanta frecuencia, al final, el peso de esas acciones es menor. Nada nuevo ni tampoco una crítica, en absoluto, a los convocantes y a los que vayan, aunque en esta ocasión no esté en absoluto de acuerdo con el objeto real. Y es que el eje de la protesta es Dani Cuesta, el aficionado valencianista al que se le retuvo el pasaporte en Singapur unos días por transgredir sus normas, y que ya está de nuevo en casa.

No le deseo a nadie ningún mal, quien me conoce lo sabe, jamás me alegro por las desgracias ajenas, me parece de mal nacidos, pero hay algunas de esas desgracias ajenas que no me dan ninguna pena. Mejor Dani Cuesta ha insultado a todo aquel que no piensa como él, empezando por mí, y cuando pasan esas cosas, empatizar es mucho más difícil, aunque me alegré cuando supe que volvía sin más problemas que el susto en el cuerpo.

Usar este hecho para convocar otra manifestación, pues bueno... Es una excusa tan válida como cualquier otra, aunque insisto, en este veo menos consenso que en otras ocasiones, aunque nadie, repito, NADIE, defiende la nefasta gestión de Peter Lim. Pero que a río revuelto ganancia de pescadores era algo que ni cotizaba, y todo esto hecho, que luego ha tenido sus versiones de distintos tipos, sin duda ha sido una buena gasolina para el incendio.