Los dramas en el entorno del Valencia a cuenta de lo que sea

Cuando todo en el Valencia es un drama, el problema no es Peter Lim, sino otro mucho peor que, encima, depende de nosotros y no queremos verlo. Porque aquí da igual lo que haga o lo que pase, siempre hay un lado oscuro, negro, negativo. Hemos visto rasgarnos las vestiduras con la nueva tienda oficial del club, que encima muchos no habrán ido ni a la vieja, e incluso se insultó a los que fueron al acto de inauguración hace unos días.

Hemos puesto el grito en el cielo por el tema de Golden Sachs, cuando medio fútbol español ha recurrido ellos para buscar refinanciar la deuda, o reorganizarla. Pero claro, cuando lo hacen unos es el espejo (hasta hace nada teníamos que ser el Sevilla), y cuando lo hacemos nosotros es que somos la banda del empastre. Y ojo, que quede clara mi postura: para estar así no hacía falta un inversor, que nosotros nos hemos valido toda la vida para estas fiestas.

No quiero ni pensar cuando se presente el boceto definitivo de lo que tiene que ser el futuro estadio, que no me cabe duda de que recibirá una cantidad de insultos que serán una especie de récord mundial, y todo será el mayor desastre de todos los tiempos. No digo que todo se haga mal, que bien tampoco, pero sí insisto en que todo, absolutamente todo, es un problema, es un drama, y eso, aunque sólo sea por estadística, resulta de todo punto imposible.