El final de un proyecto ganador en el Valencia

Cinco años del día en el que el Valencia de Peter Lim cometió un error que no tenía sentido: despedir a Marcelino García Toral como entrenador del equipo. Y hacerlo en el momento que lo hizo, por más que el asturiano le echara un pulso mediático y público durante varios meses,

Aquel verano de 2019, con un septiembre que fue durísimo, fue el final de una etapa brillante, y el comienzo de uno de los momentos más oscuros de la historia del club. Porque con Marcelino vino Mateu, que de alguna forma habría ligado su destino al del entrenador, salió poco después, aunque el proyecto ya estaba partido, de hecho mandaba poco o nada, y todos sabíamos que, aunque tuviera el cargo un tiempo más, no ejercía.

No fue el mejor momento de la historia, ni tampoco las mejores temporadas, porque con Unai se hizo mucho mejor, aunque se ganó una Copa, que es el último trofeo conquistado en 16 años. Se han dicho muchas cosas sobre esos años, unas verdad, otras menos, pero está claro que su finalización dio paso al estado actual de las cosas, y que ya no tiene vuelta atrás.

Lim fue el único culpable, de primero gastar 250 millones y de luego no querer gastar nada, y sin duda, por omisión, de que al mando estuviera Anil Murthy y sus desmanes, que le hicieron un daño al Valencia del que aún no nos hemos recuperado.

Fue un mal momento, mucho, pero lo que sí me molesta es que pensemos que aquello fue una especie de idilio o zenit de las cosas, cuando si repasamos la historia del Valencia, es posible que no está entre los 10 mejores momentos. Pero bueno, esa es otra historia.