Un antes y un después en la disciplina de vestuario
La justici tendrá que determinar si Rafa Mir es culpable o inocente de los hechos que le acusan, pero independientemente de ello el jugador ha tenido un comportamiento inaceptable

Rafa Mir ha sido apartado de la dinámica de la primera plantilla al saltarse el código disciplinario de conducta. Habrá que ver cuánto dura esta sanción pero ha sido una medida obligada por parte del club, la imagen del Valencia CF ha quedado dañada por el comportamiento del jugador y lo que es más grave, se ha cometido una infracción grave muy alejada del comportamiento que debe tener un profesional. No entramos a valorar los hechos que se le acusan al jugador, serán los juzgados los que tengan que determinar pero el Valencia no puede permitirse tener en la plantilla a futbolistas que no cumplen con las normas de conducta.
Rafa Mir no es el único, algo que debe preocupar y ojalá que este acto de indisciplina sirva al menos para que algunos integrantes de la plantilla tomen conciencia. En el apartado deportivo el equipo está pasando por un momento de angustia, lo que agrava más si cabe los episodios de indisciplina. El foco de la crítica se sitúa en los últimos años en la propiedad, pero ello no debe hacer olvidar que los futbolistas tienen un compromiso con el club y llevar una vida alejada de la profesionalidad es una falta de respeto al escudo y a los aficionados.
Es momento de pensar en el Metropolitano pero también de que el cuerpo técnico tome nota de los sucedido y lleve a la senda correcta a los jugadores díscolos del equipo. De momento Rafa Mir se ejercitará al margen de la plantilla.