Desastre del Valencia en Balaídos

Las carencias las sabemos, pero más allá de eso, que es terrible, no se pueden cometer determinados errores que son muy graves

Toni Hernández | 23 AGO. 2024 | 19:51
Diego López

El Celta - Valencia de la jornada 2 ya era un partido clave de la temporada. Esa ansiedad que nos persigue desde hace tantos años, y de la que no aprendemos a deshacernos. Los primeros minutos dejaban claro cómo iba a ser el encuentro, al menos de salida. El Celta dueño del balón y siendo muy vertical, y nosotros a defender bien y presionar alto, buscando fallos atrás de su zaga. En el minuto 10, una pérdida de Jesús, que es lo que no nos puede pasar, provocaba la primera llegada clara de los celestes, aunque el remate final era flojo. Pero no podíamos repetir esos errores. Y en el 12 al menos dábamos la réplica, con una buena llegada por la derecha de Thierry que no remataba Mir. Y en esa misma acción, que acababa en córner, y después de varios rechaces, Diego López lograba rematar al fondo de la red para hacer el 0-1 en el minuto 14. Se dio el gol, que era claro, tras 3 minutos de revisión que no entendía nadie. Y en el 18, de nuevo Thierry hacía una gran jugada, se internaba en el área y soltaba un latigazo que parada el portero cuando se barruntaba el segundo.

Pero este equipo sigue cometiendo errores groseros atrás. En el 22, una jugada en estático terminaba en un centro de Aspas, y Migues, siendo lateral, llegada completamente solo por su banda para marcar un golazo. Tanto muy estético, pero no se pueden cometer esos fallos. Era el capitán del Celta el que estaba cambiando el partido jugando de media punta y generando tal cantidad de juego que nos superaba en muchas ocasiones. Y era Aspas el que desnivelaba el marcado en el 28 después de otra jugada por el medio, sin oposición al espacio, y rematando con facilidad ante Mamardashvili. Defendiendo así es imposible. Ahí el encuentro paró un poco, que era lo mejor que nos podía pasar, porque el cuarto de hora después del gol de Diego fue terrible. Además íbamos llegando, generando peligro, metiendo miedo, siendo un equipo más sólido… Pero en el 47, en una falta lateral, despejaba Javi Guerra, el rebote le daba a Duro en el brazo, y el colegiado señalaba penalti. Pero Mamardashvili hacía una parada brutal y nos permitía seguir vivos en el partido. Con esa acción casi acababa la primera mitad, y casi que lo mejor era “sólo” perder por 2-1.

La segunda parte empezaba sin cambios en los visitantes, pero con la obligación de que todo fuera muy distinto a la primera mitad. Comenzaba todo muy parejo de nuevo, pero con ellos viviendo mucho más en nuestro campo que al revés. No pasó gran cosa hasta el 54, cuando Mamardashvili volvía a hacer una parada imposible a un trallazo celeste. Y con el equipo con el pistón bajo, un desastre de cesión de Jesús Vázquez, terrible toda la segunda parte, cedía un córner absurdo, y en ese saque de esquina, llegaba el golazo de Fran Beltrán para hacer el 3-1 en el 60. Casi imposible para un equipo que estaba intentando rehacerse. Rioja entraba al campo después del tanto por un desdibujado Javi Guerra. Sistema más natural, pero un marcador muy en contra.

Pero lo cierto es que no dábamos señales de mejora, con Pepelu y Almeida mal, y sin eso, este equipo multiplica sus carencias. Al menos íbamos achuchando, merodeando el área, apretando… pero hacía falta marcar. En el 76, entraban Foulquier, Martín Tejón y Dani Gómez, y se marchaban Thierry (fundido), Hugo Duro y Diego López, buscando piernas, justo lo que faltó contra el Barcelona. Mir la tuvo en el 81 después de un centro de aquella manera de Foulquier, pero el cabezazo se fue al palo. En la siguiente, Yarek remataba solo en el primer palo fuera. Muy claras las dos. Rafa se marchaba tieso en el 83 y entraba Alberto Marí. Pero en los 7 que quedaban y los 6 que dio el colegiado, no fuimos capaces de llegar a la portería de forma clara.