Es muy difícil explicar este Valencia
Es todo complejo, se hace una bola muy grande, y llega un punto en el que nos ves por dónde poder salir a nivel mental

Ser del Valencia no puede ser un martirio, aunque vamos camino de ello en muchos sentidos. Estaba siendo un verano de calma tensa hasta que el equipo empezó a jugar, y como las cosas no están yendo nada bien, y los rumores de ventas han pasado a ser hechos ciertos, la previsible desolación entre todos se ha impregnado en el ambiente. Y no podemos decir nada a quien piense que todo esto es el caos, porque ahora mismo, tiene esa traza.
Son golpes que van minando la moral, muchos golpes y poca moral, y uno no encuentra ese clavo ardiendo al que agarrarse, esa especie de tabla de salvación mental. Sí, hablamos de quemar la falla, que tampoco tengo claro lo que es. Hablamos de cogernos al escudo fuerte, aunque eso no dé puntos por más que pueda desahogarte. Todo es muy duro, mucho, demasiado, y se echa en falta un faro firme más allá de la figura de Baraja, al que vamos a terminar quemando.
Las salidas de jugadores se van a ir dando, porque eso es lo que estaba previsto por muchas cosas. Y el problema viene cuando las llegadas no están nada claras, no se atisban, no hay nombres que calmen los nervios o que, al menos en este momento, nos den garantías de poder subir el nivel de la plantilla. Y todo ello a menos de dos semanas de empezar la Liga contra el Barcelona en Mestalla, en medio de mucha tensión, y con necesidad ya en la jornada 1.