El Nuevo Mestalla y el Mundial ha sido siempre dos cosas distintas
Han ido siempre por separada, aunque hubiera un tiempo que fueron en paralelo, y lo cierto es que no cambia nada absoluto

"Sin Mundial, ¿qué va a pasar con el Nuevo Mestalla?". Lo leía estos días atrás, y aunque la pregunta puede tener su sentido común, lo cierto es que la respuesta es muy evidente: nada que no fuera a pasar ya. La cita de 2030 era algo sobrevenido, y que, en cualquier caso, no debía condicionar en absoluto el futuro estadio, porque eran dos cuestiones totalmente distintas. Y aunque hubiera milagro de los milagros y fuéramos sede, tampoco cambiaría nada.
Que el futuro dependiera de ese evento no tenía sentido alguno, aunque hubiera políticos que lo quisieran ligar para sus propios intereses. Por cierto, siguen muy callados con respecto al desenlace de toda historia, porque aquí, lo fácil, es siempre culpar a otros, aunque la responsabilidad haya sido compartida. El Valencia debía concluir el estadio por mil cosas que van antes del dichoso Mundial, y de esas no ha cambiado ni una sola desde que estamos fuera.
Los derrotismos exagerados y los dramas impostados no nos van a ayudar a nada, porque eso ya está manoseado, muy usado, y ya no tiene recorrido alguno. La licencia es importante, y el inicio de la obras, el reinicio, mucho más importante aún. Y eso había de darse, con cita mundialista o sin ella, que el futuro de la entidad es lo que esté en juego. No nos rasguemos las vestiduras con tanto retraso, que al final parecemos una parodia mala.