Que el sentido común se haya impuesto en el Nuevo Mestalla no ha gustado
Si el club no falla, que es la parte que falta por ver, todo empezará por fin, y eso, de manera sorprendente, no viene bien

Para solucionar el problema del Valencia con el Nuevo Mestalla hacía falta mucho sentido común. Y respetar las leyes por encima de filias y fobias, y que todas las partes implicadas, todas, cumplieran con lo suyo, que era, y es, algo totalmente esencial. Lo dije en cuanto María José Catalá se convirtió en alcaldesa, que con ella, eso era mucho más factible, aunque eso deparara una serie de problemas colaterales en ciertos sectores.
No tengo ninguna bola mágica, porque caso tenerla la emplearía en que me tocara el Euromillón, pero que todo lo que ha pasado en el último año era lo lógico, no tenía debate. Hasta las pataletas y rabietas de algunos, que como niños pequeños a los que les quitan un juguete gritan y gritan, era algo que entraba dentro de lo posible. Todo ello, como siempre. dejando de lado al Valencia, que es simplemente una excusa para todo lo demás, y no un fin.
Si el club cumple, si de verdad tira adelante con las obras en los plazos establecidos, en ese momento cambiará la historia. Algunos insisten que para mal, que vendrá el caos más absoluto. Yo no sé lo que ocurrirá, ya ha dicho que no tengo medios para saberlo, pero tengo claro que los pasos están claros, muy claros y desde hace mucho tiempo, y que esas malditas obras pueden ser el arranque definitivo de la venta del Valencia, que al final, es lo que buscamos.