Y cuando acaba la temporada, empieza el show alrededor del Valencia
Se da el caldo de cultivo perfecto para que se den muchas situaciones complejas, que sólo van en favor de ciertos intereses

Cuando acaba cada año en el Valencia, empieza una especie de espectáculo que no me ha gustado nunca. Aunque confieso que ahora mismo cambiaba con los ojos cerrados lo que tenemos por lo que teníamos, ya que hemos pasado de ver a cuántos jugadores fichábamos a ver a cuántos vendemos. La diferencia se cuenta sola, no cabe duda, y es dolorosa, muy dolorosa.
Porque además en este momento hay una mezcla peligrosa, ya que por un lado están las sensaciones que tenemos todos, que no son buenas, y después la incerteza de lo que vaya a hacer Meriton, que nadie lo sabe. Y ahí es cuando empieza el show, porque se genera el caldo de cultivo ideal para que todo el mundo haga su particular negocio, ya que de forma pública se entra en la subasta pública de jugadores.
Da igual que Baraja diga que no se puede dar esa sensación, y el mensaje es para dentro y para fuera, o que Yunus fuera vendido por mucho más dinero del que nadie pensaba el año pasado, o que Mamardashvili confirmara que el Bayern no quiso pagar 35 kilos por su traspaso. Repito, el espectáculo ya está en marcha, y para poder pararlo sólo existe una fórmula, que es un mensaje de club fuerte, recto y sin desvíos, que es algo que no tenemos.
Y dando una vuelta de tuerca a todo lo malo, es que si mañana sale Layhoon con él, nadie lo iba a creer. Hechos, muchos hechos, y con todo y con eso, levantar esa negativa social al máximo accionista es irreversible. Aunque insisto en que lo único preocupante es la parte en que afecte al Valencia, porque lo demás, no tiene importancia.