Debemos terminar con esta maldita guerra en el entorno del Valencia

O paramos esta locura o no hará falta que Lim se cague el club, ya lo haremos nosotros solos

Toni Hernández | 21 MAY. 2024 | 00:04
Valencia CF

La guerra que se vive en el Valencia da asco y vergüenza. Tengo muy claro el lío en el que me voy a meter, pero me da igual, porque no voy a faltar al respeto a nadie y voy a hablar de mi club, el de todos, y para eso no hay que pedir permiso. Y voy a empezar por mí, sin ponerme de lado. Gracias a Dios no estuve en el proceso de venta, que me pareció el episodio más lamentable de nuestra historia, con muchos que ahora son paladines del valencianismo amenazando a los que no pensaban con ellos. Igual que ahora, pero cambiando las chaquetas, que mientras haya en el armario, las que hagan falta. 

Hablé varias veces con Peter Lim, me contó cosas que quería hacer y cómo quería hacerlas. Y me convenció. Hablo de 2014-2015. Luego vino la ruptura con Salvo, un par de años muy complicados, y la decisión de Layhoon, aconsejada por mi amigo Damià Vidagany, de contratar a Mateu Alemany. Hasta ahí, tuve relación con el club. Jamás hablé en mi vida con Anil Murthy y con el balear en una ocasión, justo antes de que el Valencia dejara Adidas para tratar la opción de otra marca. Más claro no puedo ser.

Me han acusado de estar comprado por Lim, ojalá me pagara, él o quien fuera, de defenderle, de justificar lo que viene pasando en este club desde 2019, cuando se decidió apretar el botón rojo y que todo explotara. Me da igual. Tengo claro, como todos, que el problema es Lim, claro, pero no comulgo con muchas de las cosas que se hacen, y menos con la forma en que intentamos “echarlo”, que no tiene ni pies ni cabeza. Esto va de dinero, de mucho dinero, y como nosotros no lo tenemos, hemos de buscar al inversor que lo tenga. Y para eso hay que poner el club en valor, que tenga activos, que sea atractivo. Porque en caso contrario estamos solos, muy solos. 

Durante años hemos estado calentado el ambiente, todos, insultando a valencianistas, señalando, llamando colaboracionistas o vendidos a unos, o que tienen un chiringuito de vender pancartas a otros. Las faltas de respeto sólo han crecido, llegando incluso a los periodistas, que jamás deberíamos haber entrad en ese juego. Y se ha dividido a la afición, pues claro que se le ha dividido, porque hemos pasado al todo vale, y eso no se acepta en una sociedad moderna. Y con eso hay que acabar. Ya.