Ni un pero al Valencia de Baraja: la culpa es de Peter Lim

La culpa de que el Valencia no haya podido pelear por Europa con garantías es de Peter Lim. No es nada nuevo, no es algo que puede sorprender a nadie, y desde luego, nada que no supiéramos incluso antes de empezar el año. Si el máximo accionista no autorizar inversiones, que no lo hace, es imposible recortar distancias con los de arriba, porque esos sí que fichan mejores jugadores cada año, o al menos lo intentan, con lo que nunca terminas llegando.

Si encima tú vendes los mejores activos que tienes, que es el otro drama que se nos viene encima en breve, porque el verano está a la vuelta de la esquina y todos nos tememos lo peor, la conclusión es que no podemos aspirar a más que salvar la categoría de la manera más tranquila posible. Es decir, ser una mera comparsa de la Liga que deambula por la competición sin pena ni gloria.

Lo que ocurre después es que la impotencia termina en palos para todo el mundo, entrenador y jugadores, porque lo hemos visto tan cerca, que nos ha dado mucha rabia a todos no alcanzarlo. Y claro, al final, los que fallan, los que no llegan, los que no terminan de dar el salto, son los que juegan. Pero eso no pasa ni por falta de ganar ni por actitud, sino simplemente por la escasez de recursos, y ahora mismo ya de fuerzas, que otros tienen y nosotros no.

Nos podemos cabrear por muchas cosas, tenemos motivos y razones de sobra, pero no esta plantilla, a la que se tiene que aplaudir acabe como acabe, para valorar el trabajo que han hecho, que ha estado por encima de la mejor de las previsiones.