La importancia de que al Valencia no le metan goles

Meterle un gol al Valencia es muy difícil. Y lo es por diversos factores. El primero, porque tenemos a uno de los mejores porteros de la Liga, Giorgi Mamardashvili, que ahora mismo está en un momento descomunal, que se hace gigante casi siempre cuando le tiran a portería, y que da una seguridad y un aplomo a todo el equipo que sólo se percibe en los grandes guardametas. La admiración, en este caso, se mezcla con la tristeza de saber que se irá el próximo verano.

Pero además del georgiano, el sistema defensivo del equipo está siendo una pieza fundamental. Empezando por el punta y acabando con el propio portero. Eso es algo que Baraja "mamó" con Benítez, cuya primera línea de presión al contrario era Mista. Porque estamos viendo que los futbolistas bailan, por lesiones o por sanciones, pero el rendimiento en ese aspecto no baja, y eso se debe a que hay un trabajo descomunal de muchos meses detrás. 

El Valencia es el cuarto equipo menos goleado de la Liga, y repito un argumento: de los 32 goles recibidos, 8 fueron en dos partidos, Bernabéu y Villamarín, con lo que en 28 jornadas de Liga nos sale un balance 24 tantos en contra. Esos números son estar arriba a poco que tuviéramos más tino en ataque. Y un aspecto más que me gustaría destacar. Diakhaby se lesionó el 2 de marzo contra el Madrid. Se nos vino el mundo encima, y con razón. Con Cenk de compañero de Mosquera, un gol recibido en cuatro partidos.