En el entorno del Valencia no se puede hablar
Si das tu opinión, si sale de lo que tiene que ser el relato, aunque lo hagas con la mayor educación del mundo, te condenan y señalan
El entorno del Valencia no puede ser peor. Lo digo y lo repito, y no me voy a cansar, porque desde el momento en el que cualquier valencianista no puede dar su opinión de forma libre sin que nadie le insulte porque no dice lo que manda el relato, ya es un mal entorno. No hay respeto, no hay pluralidad, y sólo se ven intereses en el prójimo, lo que me empieza a hacer pensar que se cree el ladrón que todos son de su condición, y que lo de los intereses va por barrios.
Si dices que con determinadas actitudes estamos ahuyentando al futuro comprador del Valencia, te ponen a parir porque estás defendiendo a Lim. ¿Pero cómo demonios lo vas a estar defendiendo si lo que pides es que no se hagan ciertas cosas para que venga otro y él se vaya? Es que resulta absurdo, marciano, dantesco, que tengamos la solución delante de nuestras narices y que no seamos capaces de llevarla a cabo porque nos enredamos en guerras que son absurdas.
Ante eso, hay valencianistas que han optado por apararse, por el silencio, por esperar a que pase la tormenta y volver cuando esto sea algo parecido a lo que ha sido siempre. Y luego hay otros que lo hemos sopesado muchas veces, que de hecho lo hemos intentado, pero a los que siempre nos vence el hecho de que no puede ganar quien más chilla, porque eso no significa tener razón. Que venga ya otro comprador, que no tarde, y que termine con esto de una vez.