El modelo económico del Valencia

El club ha hecho cosas que no hemos comprendido nadie... pero que luego han terminado haciendo la casi totalidad de los clubes

Toni Hernández | 24 FEB. 2024 | 00:02
Layhoon Chan

“El Valencia es un club desastroso y sin plan económico”. La frase la podemos hacer textual, o aproximada, tanto da, porque puede ser un resumen bastante fidedigno de la realidad que todos palpamos y de la sensación que tenemos.

De ahí no voy a sacar nadie, por lo que en absoluto pretendo convencer a ningún valencianista de que piense de otro modo, simplemente quiero hablar de los que les pasa a otros, que compitiendo con las mismas reglas que nosotros, se las están viendo muy negras para poder salir adelante.

Y hasta ahora, en algunos casos, eran ejemplos de gestión deportiva y económica, que es el aspecto que más quiero resaltar, aunque para nada pretendo que se entienda esto como crítica, que no lo es, porque tampoco soy nadie. 

El modelo económico de la Liga, que se ha ido cambiando en los últimos meses, y abriendo a inversores de fuera, no se puede sostener. Lo estamos viendo con el Barcelona, que apostó todo a una fórmula que no permitía el fallo en el verde, en el Sevilla, que tiene sueldos que no puede mantener, en el Villarreal, que ha tenido que vender activos para no tener problemas, en el Betis, que anda buscando financiación de forma desesperada desde hace meses…

Incluso el Atlético de Madrid, que vive en el alambre, y al que ha salvado un mega crédito de un fondo de inversión. Todos ellos proyectos que lucían, que han estado muy  por delante nuestro desde 2020, y que ahora se ven en una tesitura muy compleja, en algún caso incluso extrema. Debían ser nuestro espejo, y de hecho, cuando se decía, era muy posible que fuera así, pero ahora mismo, su realidad, y no es, para nada, mejor que la nuestra.

Y están aplicando, en la mayoría de casos, las mismas fórmulas que usamos nosotros, algo que me llama poderosamente la atención… aunque no por el hecho en sí, sino porque nadie diga una sola palabra sobre ello. No voy a justificar a Peter Lim en nada, porque incluso tomando medidas extremas, aunque estén justificadas, se deben explicar de forma abierta. Pero si todo el mundo ha terminado haciendo lo mismo, es que igual aquí no había ningún tonto al volante.