Una reflexión sobre el Valencia y sobre lo que queremos ser

Cuesta mucho pensar en el futuro, sentir optimismo, y lo peor es que cuando parece que lo podemos hacer, nos viene bofetada

Toni Hernández | 01 FEB. 2024 | 00:05
Peter Federico

Todos tenemos claro el Valencia que queremos. Y también, por supuesto, el que no queremos ser. Los últimos días han sido un reflejo de ambas cosas, con ejemplos muy extremos desde el domingo pasado, cuando caímos en el Metropolitano dando menos batalla de la que todos pensábamos que íbamos a dar, el entrenador el primero. Baraja dijo que habría cambiado a los once, y hasta él mismo, al descanso, dejando claro que eso que vimos no es que lo que pretendemos ser.

Pocas horas después, salta el rumor de una posible salida de Paulista, y de manera casi paralela, Movistar lanza una entrevista al Pipo en la que habla de lo que busca: “mi ambición pasaría por tener la posibilidad de entrenar a un Valencia que estuviera por los puestos de privilegio. Para eso el propietario tiene que estar en la misma línea y ambición: de querer mejorar al equipo”.

Sólo habla de su ambición, de nada más, aunque aquí se hace un poco de magia y resulta que le da un palo al dueño, cuando es algo que podía haber hecho mil veces antes durante este año, y no ha hecho, porque sabe que no hay nada a ganar. Y 24 hora más tarde, Paulista se marcha, dejando un tanto coja a la defensa, y de alguna forma, a la plantilla. No, ese Valencia no es el que queremos, como creo que tampoco queremos el del enfrentamiento constante a cuenta de lo que sea, el que busca la guerra, el mal ambiente, la hostilidad. Ni el de Lim ni el que busca el barro como medio de vida. Simplemente el que todos queremos.