El Valencia de Baraja aprende otra lección cayendo en Copa
Un primer cuarto de hora con errores y ansiedad condenaron al equipo, que debe aprender otra lección de esta derrota que duele mucho
Un Valencia - Celta en Mestalla para soñar con la Copa del Rey. Ese era el menú para un partido que tenía un estadio lleno hasta la bandera, y un ambiente como en las mejores ocasiones. Varios cambios en el once del Pipo, alguno por necesidad, pero sacando un equipo altamente competitivo. La primera fue nuestra, en el primer minuto, con un buen remate de Paulista tras jugada a balón parado, que salía fuera cuando se cantaba ya el gol. En el 5, otra llegada clara tras una combinación por la derecha, que Duro remataba fuera con un gran escorzo. La salida era buena, con un equipo vigués muy metido atrás. Pero todo se fue equilibrando, y en un córner que despejó Jaume sin que se prolongara, los visitantes hacían el 0-1… de tacón. Todo cambiaba y de qué manera, porque apenas 3 minutos más tarde, el colegiado señalaba penalti en una acción muy extraña de Diego López que zancadilleaba a un rival cuando tenía ventaja.
El Celta lo transformaba y el partido se ponía más que cuesta arriba. Pasado el minuto 20, el equipo no daba síntomas de mejora, jugando con algo de ansiedad, que era justo lo que no había que hacer. En el 24, Jaume salvaba el tercero con una gran parada en un mano a mano. Las cosas tenían que cambiar y de forma rápida. En el 28, y gracias al VAR, el Valencia se encontraba con un claro penalti cometido por el Celta. Pepelu hacía el 1-2, y volvía a haber partido. En el 33, gran jugada por la derecha, enorme centro de Fran, y por poco no llegaron a rematar Hugo y Alberto. Llegando al final del primer acto, muchas impresiones por parte de los dos, aunque jugando más en su campo. En el 43, otra clara, de Fran, que mandaba un centro chut que se envenenaba de forma muy peligrosa y se iba a córner. Y en esa jugada, no menos de 3 remates claros para poder hacer el 2-2. El equipo buscaba la igualada antes del descanso. Pero ya no ocurrió nada más, que no había sido poco.
La segunda parte comenzaba con el cambio de Sergi Canós por Alberto Marí, buscando más velocidad por las bandas. El arranque fue mucho más calmado, con una mejor lectura de la situación, porque realmente se estaba a un gol de estar en la eliminatoria. Los primeros 45 minutos seguro que van a ser otro aprendizaje más para este grupo. Poco a poco nos íbamos metiendo en su área, pero sin causar mucho peligro, solo eran sensaciones. En el 55, gran jugada de Fran llegando a linea de fondo y haciendo todo bien, por fin, pase atrás, y el remate de Jesús, sólo se iba arriba por muy poco. Muchos córners a favor, pero faltaba generar más peligro. Diego López, en el 60, remataba uno de ellos, pero demasiado flojo. En el 62, Gayà y Guillamón entraban al campo, y se marchaban Fran Pérez y Jesús Vázquez. Hugo hace mucha falta en este equipo, y eso se nota… cuando no está. Pasado el 70, la sensación era que el Celta estaba cómodo atrás, y que a nosotros nos costaba mucho hacer peligro, un contexto delicado.
En el 75, se marchaba Javi Guerra y entraba Yaremchuk, buscando juego directo porque el tiempo se terminaba. En el 76, el ucraniano estaba a punto de marcar después de un buen centro de Gayà llegando a la linea de fondo. Y cuando parecía que podíamos tener chance al final, en una jugada extraña, con varios rebotes, un centro al área era rematado por un delantero vigués conseguía el 1-3. Se marchaba tras esa jugada Diego y entraba Otorbi, aunque la sensación era que el encuentro estaba acabado. No pasó nada más hasta el final, se acacó la Copa, es un palo duro, pero hay mucho año aún por jugar.