La figura de José Luis Gayà en el Valencia de hoy
El capitán siempre carga con más presión que el resto, ser de aquí es un añadido, y la sensación es que no se le pasa ni una
Ser José Luis Gayà en el Valencia de hoy en día no tiene que ser nada fácil. Lo que debería constituir un absoluto privilegio, que sin duda lo es para él, se convierte demasiadas veces en un quebradero de cabeza, en lidiar con muchas situaciones a la vez, en que te partan la cara simplemente porque pasas por allí, y en el que, al final, seas el culpable de todos los males que hay, pase lo que pase.
Se le ha puesto en duda todo, y creo que, en los casi 50 años que tengo, y que soy valencianista, es una de las mayores injusticias que he visto. Cuando miro a Gayà veo, en muchas cosas que nada tienen que ver con la forma de jugar, a Ricardo Arias. Un tipo que quiere jugar en el Valencia, que es feliz aquí, aun con mil problemas sobre su cabeza, y que pudiendo irse a cualquier otra parte cobrando mucho más y con mucha menos presión, es algo que ni se le pasa por la cabeza.
Y no me entra en la cabeza que eso pueda penalizarle, es que no lo comprendo. Y por supuesto eso no excluye que, cuando juega mal o no está como toca, se lleve palo, porque al final, es uno de los que más se espera y se necesita, y si no da no da ese plus, es normal la crítica. Y hasta buena, no nos llevemos a engaño.
Pero una cosa es eso, repito, algo que veo hasta positivo, y otra lo que tiene que aguantar en demasiadas ocasiones. Por cierto, aunque creo que ya lo he dicho alguna vez, Gayà y yo no hemos hablado en la vida, que yo recuerde, no me debe nada ni yo a él tampoco, no tenemos ningún tipo de vínculo, y simplemente digo lo que pienso, sin que nadie me diga cómo hacerlo. Lo sé, viviendo al límite, pero qué le voy a hacer ya a mis años…