Mestalla aplaude a un Valencia que cae dejándose todo lo que tiene

La plantilla es corta al extremo, los errores nos penalizan de una forma brutal, y así se hace todo muy complicado

Toni Hernández | 27 SEPT. 2023 | 22:38
Valencia CF

Un Valencia - Real Sociedad, entre semana, con Mestalla lleno, y con ilusión en esa grada. Cambios en el equipo del Pipo, con la vuelta de Cenk y la primera titularidad de Amallah por el luso Almeida, que es posible que le hiciera falta. Con el plan de partido arrancaba el duelo, es decir, ellos con el balón, y nosotros a robar y a correr. La primera fue suya en el 4, por nuestra derecha, por desborde y superando a Thierry, pero Mamardashvili evitaba males mayores. No podíamos dar espacios, esa era la moraleja. Respondimos en el 10 con un disparo de Javi Guerra desde la frontal que se iba por poco. Amallah provocaba 3 faltas y una amarilla en apenas 13 minutos, dejando claro que va a ser clave en este equipo.

Y en el 15, Remiro evitaba con una parada brutal el tanto del marroquí tras un gran cabezazo. Mestalla aplaudía, con ganas y con rabia. Y en el 24, Amallah volvía a forzar otra falta, y otra amarilla. Y en la primera que tuvieron ellos, en el 32, la zaga se duerme, Carlos Fernández hacía lo que quería dentro del área, y a la media vuelta hacía el 0-1. Esto cambiaba mucho el encuentro, mucho. En el 36, Gayà la metía en el corazón del área pero no llegaba nadie. Había que responder de forma rápida para meterse de nuevo en el choque. Y justo en el 45, el hombre que había forzado varias amarillas al rival, Amallah, veía su segunda tarjeta en 4 minutos y se iba a la calle. Todo se ponía mucho peor aún. Pepelu podía empatar en el 48, pero su lanzamiento de falta se marchaba lamiendo la cruceta. Al descanso 0-1, con 10, cansados, y con el banquillo justo. Sólo Mestalla podía cambiar esto. 

Baraja movía el banquillo, dejando a Thierry en el banquillo y dando entrada a Mosquera, pasando a jugar con 3 centrales, aunque el alicantino partía de lateral, y arriesgando al máximo, porque tampoco quedaba otra. Los primeros minutos fueron imprecisos, porque además, nuestra gasolina era la que era. En el 53, todo se nublaba más, porque caía lesionado Gayà, que ya iba justo, y eso hacía que los cambios tuvieran que ser para tapar agujeros más que para cambiar dinámicas. Se iba el capitán y también Fran Pérez, y entraban Paulista y André Almeida. Pasado el 60, lo cierto es que el encuentro daba la sensación de estar absolutamente controlado por la Real, porque nosotros, simplemente, no podíamos.

En el 73, se marchaba Diego López y hacía su debut Roman Yaremchuk, con el peor contexto posible, pero buscando la heroica. En el 77, el ucraniano tenía la primera, y remataba alto un balón parado de Pepelu. En el 85, Guerra la tuvo robando un balón en la frontal por un error de Remiro, pero su remate se marchó desviado. La más clara en muchos minutos. No hubo nada más hasta el final, aunque el equipo no perdió la cara nunca. Nuestra realidad es esta, y sólo queda afrontarla.