La absoluta falta de respeto en el entorno del Valencia

En el entorno del Valencia la palabra respeto ha dejado de tener significado. Y me parece una de las cosas más tristes y preocupantes de todo lo que ha venido ocurriendo desde hace unos 10 años, cuando se dio la llegada de Meriton. En aquel nefasto proceso de venta, muchos actuaron como matones, aunque ahora hayan cambiado la chaqueta sin ningún tipo de rubor, y se sembró algo muy delicado que ha ido brotando poco a poco hasta convertir el ambiente en poco menos que un estercolero.

Ya no son aficionados diciendo de todo en redes sociales con seudónimos, que cuando se quiera se regula esta cuestión, sino que hay periodistas que han perdido el oremus en ese sentido. Se empezó faltando al respeto a los dirigentes, por mucho que se lo ganaran, pero no es de recibo llamar borracho o putero a Anil Murthy, o chino (y alguna cosa más) a Peter Lim. Nosotros no podemos traspasar esas líneas rojas, porque no debemos, pero se hace.

Y de ahí a apuntar con los cañones a otros periodistas, había un trecho corto, que también se ha recorrido. Hace 25 años, los periodistas también teníamos disputas, pero las arreglábamos cara a cara y sin insultos. Nos pegábamos de forma terrible en directo, pero sin faltar al respeto, y mucho menos, entrar en temas personales.

Y si un día te veías cara a cara, y te tenías que agarrar de la pechera, lo hacías, sin contarlo a nadie ni montar un show buscando sacar algo de rédito de todo aquello. Sin respeto no hay razón, y por insultar y por gritar no eres mejor que nadie. La intolerancia es mala compañera, porque nubla el juicio, y acabas viendo sólo lo que quieres ver, y no necesariamente lo que tienes delante. Esto va a seguir, lo tengo claro, pero que alguno se vaya olvidando de mí para hacerle el juego, que yo ya soy un señor mayor.