Crispación entendible y realidades paralelas en el valencianismo

Opinión/ La situación del Valencia ha provocado una crispación en el entorno que evidentemente se acentúa en las redes sociales

Jose Hernández | 07 AGO. 2023 | 08:30
Mestalla

El Valencia CF está en una situación muy comprometida, con una plantilla debilitada y un entrenador que reclama fichajes, la propiedad sigue muy alejada del sentimiento de los aficionados y se mantiene firme en una política deportiva que cada año hace más pequeño al equipo. Pero el escenario es mucho más complejo y evidentemente el rumbo del club en el apartado societario no va a cambiar por mucho que se produzcan movilizaciones; a estas alturas ya deberíamos haberlo entendido visto el resultado.

Las protestas en Mestalla son legítimas y necesarias dentro de unos mínimos cívicos, no se puede admitir ver a un Valencia navegando en zona de nadie y el aficionado tiene razones para estar indignado. No son admisibles los insultos y señalamientos, algo demasiado habitual en los últimos años con las redes sociales como principal emisor. La afición nunca falla y ha respondido en la campaña de abonos con una nueva muestra de fidelidad y compromiso. Algunos han tachado a los socios que decidieron renovar su abono como cómplices y colaboracionistas de Meriton; disparo equivocado y una lección de intolerancia absoluta dirigida a quienes tienen una visión distinta.

El mundo del fútbol ha cambiado y al Valencia le ha tocado lidiar con unos gestores que demostraron su incapacidad para manejar el club y sacaron a la luz una grave insensibilidad con los aficionados, en esto estamos todos de acuerdo. A partir de ahí lo ideal sería buscar soluciones reales (que no van a pasar ni por los políticos ni por los bancos), apoyar al equipo en la medida de lo posible para remar e intentar evitar un desastre mayor (aquellos que creen que lo que pase en el verde ya no importa no opinan igual), y por encima de todo respetar las distintas sensibilidades de un sentimiento que ni empieza ni termina en las redes sociales. Los señalamientos e insultos no deberían tener cabida dentro del valencianismo ni de la sociedad.