El nivel de exigencia del Valencia 23/24

Baraja no quiere que perder signifique la nada, y para eso hay que dejar muy claro dónde se quiere estar al final del próximo curso

Toni Hernández | 16 JUN. 2023 | 00:02
Rubén Baraja

El Valencia debe tener un nivel de exigencia a la altura de su historia. Y también de su presente, que la camiseta por sí sola no gana partidos, pero está claro que el conformismo de los últimos tiempos, el hecho de que perder no supusiera nada, es algo que se tiene que terminar, porque nadie le va a exigir a la plantilla que haya que se quede entre los cuatro primeros, como tampoco se le va a consentir otro año de vergüenza como el pasado, al borde del descenso a Segunda.

Una de las cosas que más ha sacado de sus casillas a Baraja y a Marchena ha sido eso, el hecho de no ganar partidos y que no ocurriera nada, que no hubiera presión, que se montara un lío tremendo. Ellos que han estado en un Valencia que, quedando tercero, se llevaba palos como castillos. Y para eso, el Pipo quiere que el club, y él mismo, digan tranquila y abiertamente a qué se aspira el curso que viene, con qué herramientas se cuenta y cuál es el plan a medio plazo.

Que Lim no vaya a invertir, como todo parece indicar, es otro problema al que hay poner remedio de la manera que sea. Si se debe vender a alguien para reforzar al equipo, lo suyo es que sea cuanto antes, porque la base del equipo debe estar muy clara en menos de un mes, y ahora mismo no se atisba que eso pueda suceder con especial facilidad. Es por ello que el nivel de exigencia debe quedar claro mucho antes de empezar, para que todos tengamos claras las reglas del juego.