El Centenario de Mestalla

Mestalla, el campo del Valencia, cumple 100 años. Será esta semana, el sábado 20 de mayo, y sin duda estamos ante una fecha especial, muy especial. Se supone que no debíamos haber llegado a ella, porque el nuevo debía estar terminado hace muchos años, pero parte de esa magia del campo radica en su supervivencia. Inalterable al tiempo, a todos los cambios habidos y por haber, incluido a un conflicto bélico como fue la Guerra Civil, nuestra casa cumple un siglo en el mismo sitio donde la pusimos ahora hace 100 años.

Mi vida, sin Mestalla, no sería la misma. Y entiendo que la de muchos tampoco. El olor a puro cuando iba de la mano de mi padre me decía que íbamos para allá, que estábamos cerca. La hierba recién cortada y regada, esa suerte que teníamos los del pase en el sector 8. El querer “independizarte” de pase de tus padres. El hacerlo con un gran amigo y vivir aquel gol de Roberto al Madrid en 1992. Las tardes en general de pie, en el fondo norte, y algunas veces en las banderas.

Entrar de calvot, sentarme en el regazo de José Antonio Soliva, presidente de la Peña de Quart de Les Valls… Hacerme mayor, ir con la chica que te gustaba, vivir con tus amigos de toda la vida momentos que jamás se olvidan. Tener una profesión, cubrir cientos de partidos a pie de campo, disfrutar de unos éxitos que sólo soñaba a un palmo de los jugadores, que luego en muchos casos han terminado siendo amigos. Ir muchas cosas de insomnio a la puerta de la tribuna a pensar. El día que vino mi mujer para ver mi último partido en una cabina. Enseñárselo un día a mi hija.

Mi vida sería otra sin Mestalla, no sé si mejor o peor, pero no tendría nada que ver con la que tengo. Cumples 100 años viejo amigo, y aunque muchas veces te hacemos de menos, que sepas que eres de nuestra familia. De la familia de todos los valencianistas. Aunque el futuro parece escrito, que cumplas muchos más, y que nosotros lo veamos en tus gradas.