Los veteranos del Valencia y una realidad incómoda
Demasiadas ausencias y un rendimiento discreto, los veteranos del Valencia no han aportado al equipo lo que se podía esperar
A nadie le coge por sorpresa que uno de los problemas del actual Valencia es la inexperiencia y juventud de la plantilla, es algo que viene repitiéndose año a año y que en esta temporada ha provocado malas pasadas en partidos que se tenían controlados. Con este panorama y la dificultad añadida de los cambios de entrenador el papel de los pesos pesados era más necesario que nunca, pero en este punto de la campaña no podemos decir que hayan aportado lo que se esperaba de ellos.
El caso de José Luis Gayà es significativo y la desgracia se ha apoderado de él en 2022-23. La injusta sanción de La Liga que le impidió estar en los cuatro primeros partidos fue un golpe y un agravio comparativo, otras palabras similares a las suyas no fueron juzgadas con tanta dureza. Pero a Gayà se le acumularon las desgracias al perderse el Mundial por una ligera lesión; a partir de ahí no volvió a su mejor nivel y de nuevo ha tenido que parar. El de Pedreguer no encuentra la estabilidad ni el ritmo competitivo.
Lo de Cavani se podía esperar, cumplió cuando estuvo en el terreno de juego pero la edad no perdona, su estado físico está muy lejos del de sus mejores años y el uruguayo encadena lesiones que le apartaron de los partidos o bien no le permitieron finalizarlos; solo ha jugado 14 partidos de liga. Con Paulista hay más debate y se puede decir que es uno de los futbolistas más discutidos del equipo, solo jugó 14 partidos y su rendimiento ha sido muy pobre. Suele dar la cara en los malos momentos pero su teórico liderazgo no engancha ni a la afición ni a sus compañeros.
Y por último tenemos que citar a Samu Castillejo, pese a haber aterrizado esta temporada en Mestalla se le puede considerar un veterano por su trayectoria. Es sin duda el jugador que ha ofrecido más claros y oscuros, alternando buenas actuaciones con momentos en los que estuvo desaparecido. El Valencia echa de menos que los más experimentados marquen diferencias tanto en el juego como en la mentalidad.