Diferencias que marcan la pérdida de grandeza en el Valencia

El Valencia siempre fue un club acostumbrado a las guerras sociales, pero en solo una década el escenario se ha vuelto irreconocible

Jose Hernández | 23 FEB. 2023 | 08:00
Salvo y Lim

David Albelda reconoció hace unos días que está cansado del entorno del Valencia CF y afirmó que la salida de Peter Lim será un proceso largo. No hay que ser demasiado avispado para darse cuenta de que estas palabras se acercan mucho a la realidad, lo primero es que el máximo accionista tenga la intención de vender y la segunda que aparezca una alternativa que le seduzca de verdad a hacerlo. Dicho esto, lo lógico es pensar que Meriton llegará a cumplir una década al frente del club o al menos se acercara mucho salvo sorpresa.

Diez años son suficientes para terminar con gran parte de los valores y la grandeza de un club, y Meriton va camino de todo esto ya que la caída parece no tener fin. No es cierto que en el pasado no existieran disputas sociales, pero fue a partir del proceso de venta cuando las posturas empezaron a distanciarse de verdad y se llegó a la lamentable guerra civil actual. También existe equidistancia por parte de algunos, aunque este hecho responde al hastío y el cansancio que producen los constantes derrapes del club.

En lo deportivo hay poco que comparar ya que antes de la llegada de Meriton la sensación era que el lugar natural del Valencia no podía ser otro que jugar en Europa todos los años, con la obligación de estar siempre en la pelea por la Champions. Parece ciencia ficción si lo comparamos a la triste realidad actual y al hecho de que solo en tres ocasiones el Valencia llegó a jugar competiciones europeas con Meriton al mando; un auténtico desastre.

¿Qué hay de las ventas? Pues sí, el Valencia también acostumbraba a vender a sus estrellas pero lo hacía después de que éstas hubieran hecho un servicio al club y sobre todo se buscaban sustitutos de garantías. La política deportiva actual camina a base de dar palos de ciego y recurriendo a jóvenes con mucho que aprender en la élite, por no citar a la gran cantidad de jugadores cedidos que cada temporada hacen difícil construir un bloque sólido. Mestalla ha pasado de ser un estadio casi inexpugnable a convertirse en una fuente de puntos para rivales teóricamente inferiores. Y podríamos seguir con numerosos detalles más que definen a la perfección la pérdida de grandeza de un club con más de 100 años de historia.