¿Vamos a ver cómo desciende el Valencia sin hacer nada más que lamentarnos?

Lamentarnos, decir lo mal que estamos o lo flojos que somos, que el culpable es Lim o que no podemos fichar, ahora, no ayuda

Toni Hernández | 22 FEB. 2023 | 00:01
Valencia CF

El Valencia se va al carajo. Nuestro Valencia. El de nuestros abuelos y padres y ahora de nuestros hijos. Se va porque además de todo lo que nos pasa, que es mucho, lo estamos empujando a hacerlo. Estoy asustado, frustrado y cabreado, todo al mismo tiempo, como creo que le sucede a cualquiera que sienta estos colores como parte de su vida y de su familia. Pero eso no me da derecho a tener barra libre para todo. Ni a mí ni a nadie. La manifestación contra Lim del sábado del Athletic me pareció perfecta, merecida y brillante. Miles de personas, de forma pacífica, le dijeron al máximo accionista “veste'n a fer la mà”.

Es algo que debíamos hacer y que debemos seguir haciendo. Pues claro que sí. Porque la postura del entorno, si no lo estaba ya, debe quedar muy clara y de una forma potente. Pero insisto en lo mismo de antes: la situación no justifica todo. Porque no puede ser, porque no nos podemos engañar y porque no podemos generar unas expectativas que son falsas. Me dio vergüenza que hubiera valencianistas insultándose unos a otros a cuenta de en qué minuto se entraba al campo y si había que hacerlo o no. Me dio vergüenza ver a los políticos intentando sacar tajada de una situación grotesca, haciéndose fotos como si esto les importase más allá de las elecciones de mayo. Me dio vergüenza que se señalara a jugadores, especialmente a Gayà, como cabezas de turco. Me dio vergüenza que se alimentara el odio contra los que no piensan de determinado modo. Me dio vergüenza que se avivara el fuego de presionar a CaixaBank para forzar a Lim; como si eso fuera legal o incluso posible. Me dio vergüenza que el campo fuera un clamor de miles de personas fuera y que luego, dentro, fuera un cementerio.

No, hoy no vengo a quedar bien con nadie. Y me da igual porque mi Valencia, mi equipo, parte de mi vida, se va a la mierda, y no pienso quedarme quieto viendo cómo pasa eso. ¿Y tú qué has hecho?, me dirán algunos. Pues buscar una solución real para el club, eso he hecho. Rafa Marín, director de Superdeporte, es testigo en primera persona. No, no me he quedado quieto en mi casa viendo cómo pasaban las cosas o simplemente protestando sin tener un plan para el día siguiente. Eso no me hace mejor ni peor, y tampoco lo pretendo. Aquí no hay valencianistas buenos y malos. Hay valencianistas. Y punto y final.

Estamos generando el contexto necesario para irnos al carajo: guerra social, división, señalamientos, jugadores puestos a parir, opinión pública echando gasolina al incendio, arribistas intentando enarbolar banderas para liderar no se sabe qué. Y en realidad todo es mucho más sencillo, si nos da la gana. Apoyo total al equipo, por muy malos que sean (que no lo son tanto), porque son los nuestros. Y apoyo significa creer, ayudar, morderse la lengua cuando cometen errores que son para matarlos, generarles una confianza que no tienen. Unión entre todos.

Lim go home, claro que sí, pero sabiendo cómo se tiene que hacer y quién tiene que hacerlo, y no inventando soluciones que no existen. Si eres del Valencia de verdad y por encima de todo, mírate al espejo y pregúntate si quieres ver bajar a nuestro equipo. Yo no. Yo ya lo viví y no quiero pasar por eso otra vez. En nuestra mano hay muchas cosas, pero debemos querer que eso no pase. Debemos hacer todo lo que podamos para que no ocurra. ¡Que todos somos del mismo equipo, por el amor de Dios! ¡Todos! Y no quiero tener que explicarle a mi hija qué es bajar, como mi padre me lo tuvo que explicar a mí. Salvar al equipo y luego salvar al club, esa debe de ser la ruta. Y salvar al club significa conseguir el apoyo de alguien que ponga el dinero que hace falta, porque sin eso no tenemos nada que hacer.