Baraja no puede solucionar el drama del Valencia a balón parado

El equipo perdona varias claras, no defiende nada cuando le aprietan, y en la segunda parte no hay banquillo para cambiar nada

Toni Hernández | 20 FEB. 2023 | 22:02
Samuel Lino

Primer partido de Rubén Baraja como entrenador del Valencia y contra un rival más que directo, el Getafe de Quique. No cambiaba muchas cosas el Pipo, aunque sí importantes. Paulista con mando en plaza, que debía responder a esa confianza, y con Ilaix por delante de Guillamón, algo de lo que también habrá que hablar. Los primeros minutos fueron de mucha intensidad, porque había mucho en juego, y de muchísimas imprecisiones por parte de ambas equipos. En el 9, y eso no se puede fallar, jugada brillante de Foulquier, dejada de lujo de Kluivert, y cuando se cantaba el gol de Lino, Soria se la sacaba de forma milagrosa. En la siguiente acción, de nuevo Lino, largaba un zapatazo que otra vez detenía el portero local. Más allá de perdonar lo que no podemos, el equipo parecía estar bien, con ideas claras, y un Kluivert que estaba siendo un mal de cabeza para los rivales. Aun así, demasiados fallos e impresiones, y la primera rival llegaba después de un error de Gayà y una mala decisión de Ilaix. Mamardashvili paraba bien.

Mediada la primera mitad, el encuentro bajó algo en intensidad, porque ese ritmo no se podía aguantar, y en ese momento era donde había que estar más atentos. Pasada la media hora, el partido no tenía dueño y era presa de los fallos por parte de todos, sin que nadie mandara con el balón. Y fruto de otros de esos fallos, Lino se plantaba solo delante del portero, pero su remate se iba fuera. En el 38, otro error en el balón parado, dejaba franco un remate a los locales, que milagrosamente se iba fuera. Y en el 42, debía aparecer Mamar para salvar el gol de Munir tras un gran remate de cabeza. En el córner posterior, otras dos acciones brillantes del georgiano. El balón parado en contra, de nuevo, un drama. Con 0-0 acababan los primeros 45 minutos, y eso que en el partido se habían visto muchas ocasiones de peligro. 

La segunda parte empezaba sin cambios, y eso que Lino parecía que se había lesionado al final del primer periodo. En el 46, enorme jugada de Kluivert y Duro, y de nuevo Soria hacía magia con una parada enorme. Los primeros minutos, al margen de esta acción y una contra local, eran absurdos, con errores de todos los colores, que se sucedían uno tras otro. Atrás seguíamos siendo un manojo de nervios, sin acierto ni precisión, que pasado el 55 no significaba goles en contra de puro milagro. En ese minuto, además, caía lesionado Gayà, que se dolía del tobillo en una acción a balón parado, y entraba por él Toni Lato. Entrando en la media hora, parecía claro que los que salieran del banquillo debían decidir el encuentro, y ahí nunca somos favoritos contra nadie. En el 68 se marchaban Lino y Musah y saltaban al campo Fran Pérez y Hugo Guillamón.

Entrábamos en el último cuarto de hora con todo abierto, con nada decidido y con ambos teniendo miedo a perder. Kluivert lanzaba una falta en el 77 que se iba fuera, y es que el balón parado podía ser la forma de llegar. Pero como se ha dicho tantas veces, el balón parado es nuestra ruina, y en el 81, con mil fallos, el Getafe hacía el 1-0. Imposible sacar nada así. Sólo quedaba ir a la desesperada, porque más no podíamos perder. El equipo cayó a plomo después del gol, no pudo reaccionar, y se hunde aún más en la tabla.