Las leyendas del Valencia

Creo que ese honor, tan grande e importante, sólo lo merecen aquellos que generan unanimidad entre todos, sin ninguna fisura en en el entorno

Toni Hernández | 17 FEB. 2023 | 00:02
Leyendas VCF

Lo de ser leyenda del Valencia es un tema muy delicado, y que siempre he pensado que debe generar unanimidad entre todos. Porque cuando hay quien no termina de ver a alguien como tal, igual es que la cosa no es del todo como queremos verla, o como algunos no la pintan. Voy a dos casos de leyendas a las que no encuentro nadie, en su sano juicio, que les pongan pegas. Rubén Baraja y Carlos Marchena son dos tipos a los que el mundo respeta, venera e idolatra, que hace casi 15 años que dejaron de jugar, y que siempre han tenido el cariño de todos, en todo momento.

Con su vuelta al club, en el estado en el que estamos, aunque se han leído análisis deportivos que son perfectamente lógicos, no he visto a nadie que les haya puesto ni media pega como valencianistas. Nadie en su sano juicio, insisto. Dos tipos que no necesitaban hacer esto para nada, que se han jugado todo porque existe la posibilidad de que salga mal, y que desde luego no lo hacen por dinero.

Nadie pide nada, pero hombre, al menos desearles suerte por encima de cualquier otra cosa, que no debería costar mucho. Y si es de otras leyendas del club, o eso se pretende, pues mucho más. La reacción de tipos como Angloma o Mista, de 10, confiando en ellos y deseándoles lo mejor, y además, de corazón. Las de otros, y hablo de Cañizares, sin juzgarla porque no tengo ganas de follón, no la entiendo.

O sí, pero prefiero hacer como si no, aunque eso no quite para, al menos, que no la entiendo, y lo dejo ahí. Si dos tíos le echan un par de castañas y ponen su compromiso con este club por delante de todo, como poco, repito, desearles que todo les vaya bien. Para darles palos a cuenta de otras guerras que nada tienen que ver con ellos, siempre vas a estar a tiempo. Que a nadie se le olvide que primero va el bien del Valencia, seas leyenda o aspirante, y no hay nada más grande que el club.