El futuro del Valencia más allá de la permanencia

El valencianismo está preparado para una movilización que promete ser multitudinaria el próximo sábado, varios colectivos se han unido para liderar unas protestas en las que el grueso de la afición está de acuerdo. La disconformidad con la gestión es unánime, aunque lógicamente sí existe división en cuanto a la manera de protestar; hay quien prefiere entrar al campo desde el primer minuto y quien piensa que la imagen de una grada vacía puede ser mucho más impactante.

El futuro de la entidad pasa por la venta de Peter Lim, pero el problema es mucho más complejo y de momento no se conocen alternativas viables. Bajo esta batalla impera lo deportivo, el Valencia no tiene asegurada la permanencia y ello obliga a que desde el club se manejen varios escenarios. El descenso llevaría al caos y a la venta de la mayoría de futbolistas con algo de valor en el mercado, un auténtico drama que dejaría la plantilla en cuadro. Si no se produce habrá que plantearse muchas cosas, la primera de ellas el sentido de seguir manteniendo una dirección deportiva sin ningún poder de decisión.

El banquillo también generará debate, Meriton ha caminado a salto de mata e improvisación en cuanto a la elección de sus entrenadores. Ahora las medias verdades ya no convencen a nadie y los entrenadores saben perfectamente lo que se van a encontrar en Mestalla; desde Marcelino a Gattuso, todos trabajaron con las mismas dificultades y bajo la jerarquía de un propietario que manda pero cuyas intenciones se desconocen. Un mar de incógnitas que en los últimos años ha llevado a la entidad a ser secundaria en La Liga, ahora el miedo es caer definitivamente al abismo.