El Valencia pierde una semifinal pero gana orgullo, ilusión y un equipo

Se vació por completo el equipo, con muchas alternativas, teniendo opciones, y sólo dobló la rodilla, de nuevo, en los penaltis

Toni Hernández | 11 ENE. 2023 | 20:48
Toni Lato

El Madrid - Valencia de la primera semifinal de la Supercopa de España era algo más que un partido. Al menos para nosotros, porque todos nos damos como víctimas propiciatorias, y eso, a poco que tengas un punto de orgullo, te hace reaccionar. Gattuso propuso cosas distintas, con Lato de titular, pero con una máxima: salir al 100% y concentrados al máximo. Los primeros minutos mandaban los blancos, pero los que vestían esa preciosa senyera estaban metidos, que es lo mínimo que podemos pedir. Ellos tenían tres buenas llegadas por parte de Rodrygo, Benzema y Valverde, pero llegados al cuarto de hora, seguimos en tablas. Con paciencia y con mucho trabajo, el equipo se una metiendo, y en el 18, la primera subida clara de Gayà, con Lato doblando, terminaba con un cestero del capitán que Cavani remataba con peligro.

Eso al menos debía meter el miedo en el cuerpo al rival. Los mejores minutos del equipo empezaban ahí, ya que se dio una llegada peligrosa de Lato, un disparo de Almeida que se iba a córner… A balón parado les hacíamos daño, pero no teníamos una buena ocasión para marcar. Llegados a la media hora, no habíamos aprovechado nuestro momento, y ellos son… ellos, y no les puedes conceder nada. De todos modos, seguíamos bien, bien puestos, y tratando de encontrar una buena ocasión. Pero en el 37, balón largo blanco, Cömert no ataca bien a Benzema, y penalti justito para ellos. El francés hacía el 1-0. Había que seguir, y reponerse de un golpe de una vez por todas. Así nos íbamos al descanso. 

La segunda parte, y nadie lo esperaba, no podía empezar mejor. Una gran jugada del Valencia, un buen servicio de Toni Lato y Samuel Lino definía perfectamente para hacer el empate a los 25 segundos. El Madrid empezó a mandar, pero nosotros a esperar atrás y buscar contras, como una en el 53 que terminaba con un buen remate de Kluivert que rechazaba la zaga. Pasada la hora de juego, es que hasta empezábamos a quererla, tenerla y jugarla. El típico partido nuestro contra ellos del “jugamos como nunca y perdimos como siempre”, pero quedaba mucho. Pasaban los minutos, y entrando en los últimos 20, el encuentro no tenía dueño y no podía estar más abierto.

En el 72, Gattuso movía el banquillo, y daba paso a Hugo Duro por un ya cansado Kluivert. A la guerra con dos puntas claros. Empezaban los nervios y era cuando más frío se tenía que ser, y cuando más debía ayudar el banquillo, sin duda. A Lino se le subía el gemelo en el 81, y Fran Pérez era quien entraba por él. En el tramo final parecía que nos metían dentro del área, y eso nunca es un buen negocio. Benzema remataba algo un central lateral en el 87, pero un aviso claro. El Valencia buscaba el gol en el alargue, pero costaba llegar de forma clara al área rival. En el 95, Mamardashvili salvaba al equipo en un mano a mano con Vinicius después de una jugada muy extraña. Valverde también lo intentaba en el 97, pero de nuevo paraba el georgiano.

La prórroga empezaba sin cambios, y con todo abierto. Aunque ellos parecían entrar mejor. Mamar hacía otra parada mágica a Vinicius en el 92. Contestábamos en el 94 con un remate casi imposible de Hugo Duro que se iba fuera. Yunus y Lato se iban en el 95, y entraban Foulquier e Ilaix. En teoría, piernas frescas. Se convertía todo en un correcalles peligroso, porque físicamente ellos parecían estar mejor. En el 100, Fran Pérez tuvo la ocasión de su vida después de un servicio maravilloso de Almeida, pero el canterano no terminó la jugada cuando encaraba portería. En el 104, de nuevo Mamardashvili salvaba los muebles con otra parada descomunal. Al final de la primera mitad del añadido, espadas en todo lo alto.

La segunda parte extra arrancaba más rota que la primera, y cuando pasan esas cosas, la calidad suele mandar, aunque el corazón que estábamos poniendo valía su peso en oro. Pero la primera clara fue del Valencia, con otro mano a mano de Fran Pérez que detenía de forma bestial Courtois. En el 114, el mejor del partido de largo, André Almeida, ya no podía más, y dejaba su puesto a Hugo Guillamón. Con poco sobresalto más, nos íbamos a los penaltis. En esa suerte, el fútbol siempre queda al margen. Un grandísimo Valencia, eso es lo importante.

Cavani: gol

Benzema: gol

Cömert: fuera

Modric: gol

Ilaix: gol

Kroos: gol

Guillamón: gol

Asensio: gol

Gayà: para Courtois