Las dificultades de los nuevos fichajes del Valencia para convencer a Mestalla

Ocurre en todos los equipos pero en la etapa actual los nuevos fichajes del Valencia deben cargar con un peso añadido a la hora de convencer

Jose Hernández | 01 DIC. 2022 | 09:00
André Almeida

No son tiempos fáciles para el Valencia y mucho menos para los recién llegados, el caso de Gennaro Gattuso ilustra a la perfección que en estos momentos recalar en el club de Mestalla requiere de ciertas dosis de valentía para convivir con el entorno; poco a poco el italiano va ganándose a la afición pero existe un sector que le mantiene en el punto de mira por su buena relación con Jorge Mendes.

Todavía es peor el juicio a los futbolistas. En el pasado asistimos al linchamiento a un Thierry Rendall que pasó momentos muy difíciles por las cantidades que se pagaron, a base de paciencia y trabajo el lateral supo recomponerse y en el inicio de liga ha sido indiscutible. Llegar a préstamo tampoco es algo que la afición del Valencia asuma con gratitud, para muchos es un signo de que estos jugadores no tienen el nivel suficiente aunque son operaciones muy habituales en el fútbol actual. Los Kluivert, Lino u Ozkacar pueden ser buenas opciones como ya se ha visto, pero su continuidad en Mestalla dependerá de muchos factores, uno de ellos el de volver a Europa. En este sentido el club descartó por ejemplo a Alderete en el pasado ya que consideró que las cantidades a pagar se escapaban de lo razonable.

Y por último nos encontramos a los fichajes por los que el club ha invertido a pesar de ser solo promesas, André Almeida está en boca de todos y todavía debe demostrar la calidad que atesora. Pero en su caso ya tuvo que soportar la presión de ser un jugador de la agenda de Mendes y eso es algo que una parte de la afición no perdona de entrada. No nos queremos olvidar de Cavani, un delantero con una trayectoria más que contrastada y que tendrá que demostrar en el campo que la apuesta fue acertada, el uruguayo es consciente de la responsabilidad que tiene pero la línea entre la ilusión y el desapego puede ser muy fina teniendo en cuenta el estado de ánimo actual de la grada de Mestalla.