La vida no es twitter, y en el Valencia es Mestalla

Lo que pasa en las redes, o se pretende hacer ver que pasa, no siempre se corresponde con la realidad, que es soberana

Toni Hernández | 10 NOV. 2022 | 00:03
Mestalla

En el Valencia, y en la vida, la realidad no es twitter ni ninguna red social. Gracias a Dios. Y lo seguiré pensando aunque el nuevo dueño ponga reglas que hagan perder la impunidad a todos esos cobardes que se esconden en el anonimato para insultar, para vejar y para señalar. Realmente ellos no son los peligrosos, porque se trata de dementes o cuentas falsas de tipos que no tienen agallas para dar la cara (vete a saber la razón), pero generan tal impureza en el ambiente, lo prostituyen tanto, que al final parece que sea el aire que respiras.

Porque esa ola es siempre aprovechada por cierto sector del entorno, con una opinión muy concreta, que convierte cada cosa que conviene en una realidad incontestable, algo que es, como poco, muy discutible. Luego llega todo a Mestalla y toma su verdadera dimensión, porque es allí, y en ningún otro sitio, donde los temas importantes están sobre la mesa. Y lo que no, ni se considera. La vuelta a la normalidad ha visto cómo el santuario valencianista, la casa de todos, pienses como pienses, se convertía en un lugar de plebiscitos y de guardianes de la moral.

Y lo cierto es que desde que todo volvió a ser como antes de marzo de 2020, sólo ha habido dos momentos que han sido clamorosos y que nos han unido a todos. El día que le ganamos al Athletic y nos metimos en la final de Copa, y el sábado en el que se homenajeó a David Villa. Decenas de miles de personas en la Avenida de Suecia cantando lo mismo, pensando lo mismo, sintiendo lo mismo. Porque la vida está en la calle, no en un teclado que te dé el acceso a una red social. Y malo será el día que las cosas sean de otro modo.