La bandera del Valencia llamada Gayà

"Ojalá seas un Gayà" en el entorno del Valencia. Esta frase la hemos escuchado todos desde que nacimos, pero con otros nombres. Siempre leyendas, siempre tipos que son santo y seña de este club. En lo que llevamos de Siglo XXI, me atrevería a decir que no llegamos a media docena de jugadores que han alcanzado ese estatus,m aunque los ha habido muy buenos, y hemos conseguidos los éxitos más importantes de la historia, sobre todo en el periodo de 1999 a 2004.

Pero como pasa con jugadores como Fernando Gómez, no todo está en ganar trofeos, que siempre es algo importante. Por eso hay una serie de valores que son los que marcan la diferencia en muchas ocasiones. Un tipo como Rubén Baraja no tiene un solo detractor en la ciudad, ni uno, y su figura genera un consenso a la altura de muy pocos. Pongo al Pipo como ejemplo porque Gayà entra en ese grupo de elegidos, en esa lista de lonas legendarias.

Y a los niños, porque ellos son los más influenciables por estas cosas. Yo era de Mario Kempes y de Ricardo Arias, porque cuando empecé a tener consciencia del fútbol, ellos eran los que me marcaban. Con el tiempo me quedé con Richard, por todo, y Gayà, con su deseo de quedarse en casa, quizá sea ese mismo referente para mi hija. Lo que estamos viendo es muy complicado de darse y mucho más en el fútbol moderno. Por eso tenemos que concederle todo el valor del mundo.