Las finales permanentes para el Valencia

El Valencia CF es un club en permanente conflicto social, la guerra afecta de manera directa en el equipo y por supuesto en la confección de la plantilla. Es algo que se repite cada verano pero en esta ocasión parece que todo es examinado con lupa, incluso mucho más que la pasada campaña con Bordalás al frente. Es evidente que el alicantino tuvo un mejor inicio en cuanto a resultados y ello calmó los ánimos, a Gattuso le está costando más y en cada partido su equipo se expone a un juicio constante tanto para lo bueno como para lo malo.

Tras el empate ante el Espanyol el italiano habló de falta de experiencia y los más críticos tardaron minutos en censurar sus palabras alegando que tenía que haber sido más exigente en el mercado. Las dos tesis se pueden defender ya que ninguna es 100% falsa, pero tratar de sacar conclusiones y en ocasiones hacerlo fuera de contexto no es la mejor de las opciones. Como tampoco parece razonable lanzar las campanas al vuelo tras partidos en los que el Valencia lo ha hecho realmente bien.

En ocasiones olvidamos que este es un equipo en formación cargado de caras nuevas, y lo más importante, olvidamos que octubre acaba de comenzar y nos encontramos en una fase muy embrionaria de la temporada. Hay tiempo para todo y está por ver la medida real de Gattuso y los suyos, pero utilizar la palabra descenso o emitir juicios de fracaso a estas alturas es realmente exagerado.